La villa francesa de Bugarach, en la región de Languedoc, al sur del país, parece haber sido arrebatada por una epidemia milenarista desde hace meses. Desde que comenzaran a instalarse los primeros grupos de personas que esperan el cumplimiento puntual de las profecías mayas, la expectación internacional sobre este pueblo, de no más de 200 habitantes, no ha hecho más que crecer. Ahora ha sido MIVILUDES (*), una agencia gubernamental francesa que funciona como un observatorio sobre dinámicas sectarias , quien ha puesto el acento sobre los peligros que pudieran derivarse sobre este fenómeno.