El descubrimiento tuvo lugar por casualidad hace unos cincuenta años, durante las obras de cimentación de un edificio. Posteriormente, en épocas recientes, los espeleólogos de Santa Cruz de Tenerife se sorprenderían al comprobar como un túnel natural de dos kilómetros de longitud atravesaba la ciudad de Santa Cruz.
El tubo, de origen volcánico, comienza en La Cuesta y va bajando hacia la capital, pasando por debajo de las proximidades de la Cervecera , en la Cruz del Señor, la Avenida Tres de Mayo y terminando en algún lugar costero que los expertos suponen que se encuentra dentro de la Refinería.
Aunque su existencia era bien conocida, se ha producido un redescubrimiento en épocas recientes, a raíz de la realización de múltiples obras, sobre todo en la zona de Tres de Mayo. Obviamente, en muchos casos, en lugar de detener los trabajos y estudiar el interés que pudiera tener esta estructura, se decidió tapar con cemento el asunto y se continuó edificando en silencio, ante el riesgo de que la noticia de tal hallazgo pudiera paralizar las obras.
Es por ello que la ciudadanía desconoce la existencia de la estructura subterránea. En lugar de constituir un asunto de interés científico o histórico, ha sido más bien un obstáculo para las empresas constructoras. Ya es demasiado tarde para recorrerlo a pie. Se halla cortado en muchos puntos por los cimientos de las obras. Se ha perdido la oportunidad de estudiar una formación volcánica de gran valor que posiblemente, y tal y como ha quedado demostrado con hallazgos similares, hubiera aportado información sobre su uso por parte de antiguos pobladores de la isla; incluso, se podría haber dado con la localización de restos aborígenes.
Hemos de destacar la desidia por parte de las autoridades y la falta de medios para detectar tubos volcánicos, algo que en nuestras islas es más frecuente de lo que parece. Luis Enrique Hernández, geotécnico del Laboratorio de Obras Públicas del Gobierno de Canarias, nos reconocía que se necesita un georadar; un aparato que ya fue usado para el estudio de la cueva de los Jameos del Agua, en Lanzarote. El coste del aparato es de unos cien mil euros y, además, requiere de mano de obra cualificada. Pese a todo el experto considera que se trataría de una inversión rentable ya que el otro sistema, más costoso y laborioso, sería el de ir “pinchando” el suelo para ver por donde discurre el tubo volcánico.
Hernández opina que el interés del estudio de esta estructura ya no es sólo histórico, arqueológico o netamente geológico. Es tremendamente importante a la hora de planificar las edificaciones que tendrán lugar en la ciudad. El experto nos recuerda que, al contrario de lo que ocurre en la mayoría de las regiones del mundo, vivimos en una zona en la que la Geología casi desplaza a la Ingeniería a la hora de construir un edificio.
Recientemente, Héctor Fajardo y un servidor hemos publicado una artículo sobre este asunto en Canarias al día.
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