En una época en la que se espera el fin del mundo a cada
minuto que pasa, no es de extrañar el éxito que tiene todo lo relacionado con
el fenómeno zombie. Porque no deja de
ser un posible fin del mundo el
escenario que plantean las películas, cómics y libros basados en este
mito. Despierta, por tanto, sus propias
inquietudes y temores en una sociedad que se presupone culta y moderna, por muy poco plausible
que nos pueda parecer que los muertos puedan caminar.
Los militares no
saben nada de zombies
No hay más que fijarse en la insólita petición recibida porel Ministerio de Defensa británico de parte de un ciudadano, en base a la Ley de Libertad de Información que permite plantear todo tipo de cuestiones al
ejecutivo del país, por muy extrañas que
pudiesen parecer. Concretamente, se solicitaba información relativa al grado de
preparación de los militares, en caso de que tuviese lugar un ataque por parte
de los muertos vivientes. Así, sin anestesia.
Aunque no menos llamativa es la
atención que ha merecido esta solicitud a los responsables del Ministerio, que
no han dudado en responder como merecía el inquieto ciudadano. Lejos de desmentir tajantemente este escenario, los
militares aclaran que sería “el Cabinet Office –un órgano de asesoramiento del gobierno- la entidad que dirigiría
una respuesta ante un apocalipsis zombie”. “El Ministerio de Defensa, en todo
caso, proveería apoyo militar a las autoridades civiles, aunque no asumiría el
control. Por tanto el Ministerio de Defensa no tiene información sobre este
asunto”, concluye el comunicado.
No es la primera vez que una institución pública tiene que
afrontar cuestiones de este tipo. Ya en 2011, las autoridades de la ciudad
inglesa de Leicester tuvieron que aclarar que no contaban con planes
específicos ante una invasión zombie, que en tal caso, “los planes de
emergencia ya establecidos se podrían aplicar a cualquier desastre”.
Es digno de elogio el carácter cívico y paciente con el que
las instituciones inglesas despachan cuestiones como la que nos ocupa a la
ciudadanía; una buena muestra del talante gentil y correcto que siempre ha
caracterizado a sus ciudadanos y sus políticos. También es comprensible que
haya cierto grado de irritación por parte de algunas voces que se están
quejando de que la Ley de Libertad de Información se esté usando en este país en
exceso para pedir informes sobre la
existencia de vampiros, brujas y fantasmas.
En otras ocasiones, sin embargo, el mito de los zombies es
bienvenido por parte de las propias oficinas públicas, que permiten hacer gala
de su nivel de preparación en caso de que un desastre tuviese lugar. Este tipo
de estrategias son bien aprovechadas por los estadounidenses, magníficos
gestores de políticas de marketing y de imagen.
Sin ir más lejos, en mayo de 2011, en la página web de una
entidad tan seria y relevante como es el Centro de Control de Enfermedades, se
podía leer el artículo “Preparación: Apocalipsis Zombie”.
El texto utiliza hábilmente el recurso de una invasión de
muertos vivientes para transmitir a la población la importancia de estar
preparados ante cualquier desastre natural: inundaciones, terremotos,
huracanes, etc…Podríamos aplicar el mismo protocolo de actuación, en líneas
generales.
Un muerto viviente en
la puerta de mi casa
Según el Centro de Control de Enfermedades, para prevenir los
efectos de una epidemia zombie, es indispensable tener en casa un kit de
emergencia; algo que en Europa nos puede parecer extraño pero que tiene mucho que ver con una cultura
anti-desastres muy arraigada en los estadounidenses, viviendo en un país que es
azotado con frecuencia por tornados, huracanes e inundaciones. El kit contendrá
como mínimo: agua, comida, medicamentos, herramientas útiles como cuchillos, pilas,
radio…elementos de higiene como jabón, lejía...ropa, documentación y un botiquín
de primeros auxilios.
No menos importante sería contar con un plan de emergencias
que pueda responder a las cuestiones: ¿A dónde voy? ¿A quién llamo si los
zombies aparecen? Sería fundamental, por tanto, tener establecidos varios
puntos de reunión. Por ejemplo, uno cerca de mi casa y otro un poco más
alejado. “Esta medida permitiría reagrupar a tu familia en caso de que los
zombies invadan tu casa”. Otros puntos a considerar serían: tener identificados
tus contactos de emergencias y tener planificada una ruta de evacuación.
Es curioso como la cultura popular ha permitido contemplar
seriamente la idea de que pueda tener lugar un apocalipsis zombie. Esta reflexión
habla bien a las claras del peso que tienen el cine, la televisión, los
videojuegos, los libros y los comics a la hora de observar la realidad. El ser
humano se guía por mitos para explicar fenómenos que no comprende: la muerte,
la vida, el fin del mundo…
El revival del
fenómeno zombie también obedece a factores como el temor actual a las
enfermedades infecciosas, justo cuando acabamos de salir de una potencialmente
peligrosa pandemia de gripe A y el miedo a la devastadora gripe aviar asiática
no ha desaparecido. En un mundo globalizado y con un tráfico creciente de
personas por todo el planeta, la idea de una pandemia global de muertos
vivientes ahora tiene más calado que nunca.
Todo ello, sin obviar, claro, el hecho de que todo mito se
asienta sobre una base real que es el motor de la propia historia. Los zombies,
por supuesto, han existido, tal y como ya hemos contado en otra ocasión.
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