Encuentros en La Cuarta Fase

"Soy la actriz Milla Jovovich, interpreto a la doctora Abigail Tyler. Este filme es una dramatización de eventos ocurridos en octubre de 2000. Cada escena está apoyada en imágenes de archivo. Parte de lo que verán es extremadamente perturbador". Con estas palabras daba comienzo La Cuarta Fase (Olatunde Osunsanmi, 2009)

La propia Jovovich daba carta de veracidad a los hechos que se iban a reproducir delante del espectador en la siguiente hora y media; una maniobra muy arriesgada por parte de la actriz de origen ucraniano, como ahora veremos.

La Cuarta Fase recrea los sucesos que presuntamente tuvieron lugar en el pueblo de Nome, Alaska, en el año 2000. A modo de documental se narra como algunos vecinos habían sufrido inquietantes experiencias nocturnas en las que sentían la presencia de un ser no humano en su propia habitación, algo que inevitablemente terminará experimentando la propia doctora Abbey Tyler. Durante las sesiones de hipnosis a las que la psicóloga somete a sus pacientes acabarán aflorando visiones de secuestros a manos de seres alienígenas.

El realizador apuesta por conferir gran realismo a la producción y para ello no duda en incluir archivos pretendidamente reales, tales como videograbaciones de la policía, registros de las sesiones de hipnosis llevadas a cabo por la protagonista e incluso la grabación de audio de un extraterrestre hablando en sumerio.

Lo cierto es que todo ello es falso. La doctora Abbey Tyler nunca ha existido ni ejercido su profesión en Nome, al igual que el resto de los protagonistas de esta historia. Esto es así pese a que cuando tecleemos en Google "Abbey Tyler", los resultados nos puedan llevar a páginas que parecen contener artículos publicados por la psicóloga. El director, Olatunde Osunsanmi, ha orquestado una parafernalia de marketing viral (al igual que ya ocurriera con El proyecto de la bruja de Blair o las recientes Paranormal Activity y Dictrict 9), para dar sustento al argumento que, para muchos, ha traspasados los límites de la decencia.

El Club de Prensa de Alaska no se ha tomado nada bien la cantidad de noticias falsas que la producción ha puesto en circulación y ha denunciado a la productora (Universal) que, según informa el sitio Cinematical, ha tenido que desembolsar una cantidad de 20.000 $, entiendo que por los daños ocasionados a la credibilidad de la prensa local.

¿Qué hay entonces de todas esas imágenes de archivo que exhiben la película para sostener la realidad de la historia? Pues falsas también, es decir, son actores los que intervienen en ellas. No es difícil de imaginar si tenemos en cuenta que no podía circular libremente una grabación de la policía en la que se ve como un hombre asesina de un tiro a su esposa.

Uno de los mayores apoyos de esta campaña viral ha sido (no podía ser de otra manera) internet. En la web promocional de la película hay un blog que se sirve de noticias y artículos, que reflejan el lado más cutre de la ufología, en un intento de legitimar todo lo que se cuenta en la película. El autor de esos textos, que ademas demuestra un profundo desconocimiento del tema, denota la falta de una mínima capacidad de análisis al abordar los casos clásicos de abducciones (las de los Hill, Viilas Boas, Travis Walton...), limitándose a redactar lo que ha visto en otros sitios, invitando (o forzando) al lector a pensar que aquellos increíbles sucesos realmente pudieron tener lugar en la manera literal en que han sido contados y registrados en la literatura especializada. Claro que poner en tela de juicio estas historias supondría dar al traste con el objetivo específico para el que fue creada esta web.

Para muestra un botón, y es que para el autor de dicho blog, cuando habla de la antigua civilización sumeria, "es más que posible su contacto con civilizaciones extraterrestres"; una afirmación en la mejor tradición "danikeniana" y que a estas alturas de la "película" resulta, cuanto menos, un anacronismo; algo reservado a aquellos entrañables libros publicados en los años 70 que hablaban de presencias alienígenas en los albores de la Civilización.

Abducciones, ¿sí o no?

El problema de los secuestros por parte de entidades alienígenas (los encuentros del Cuarto Tipo a los que se refiere la película) ha traído de cabeza a los ufólogos desde que en 1961, Betty y Barney Hill hubieran sufrido una presunta abducción cuando se dirigían en su coche desde Canadá hacia Porsmouth, algo que saldría a luz varios años más tarde. El caso de los Hill obedece a una experiencia prototípica y guionizó la secuencia de sucesos que relatarían miles de "abducidos" en décadas posteriores.

¿Una influencia cultural proveniente de las películas de ETs, libros, etc...? Es posible pero no debemos caer en el simplismo de calificar estos casos como simples supercherías, sería una estupidez. Las abducciones contienen una dimensión psicológica arrolladora en muchos casos. Para el sujeto que afirma haberlas sufrido, la experiencia ha tenido lugar realmente, denotando stress post-traumático similar al que tienen los veteranos de guerra. En este sentido, son reveladores los análisis llevados a cabo por Susan Clancy, de la Universida de Harvard. De necesidad será dar un breve repaso a algunos de estos estudios.

De los abusos sexuales a las abducciones.

Chris French, director de la unidad de investigación de psicología de lo anómalo del londinense Goldsmith College, llevó a cabo, hace cinco años, un estudio estadístico con dos grupos de 19 personas. Uno de ellos estaba formado por individuos elegidos al azar y el otro por presuntos abducidos. En el grupo de los abducidos, French observó que éstos tendían a fantasear y a quedarse “abstraídos”. Por otro lado, en este grupo, también pudo constatar que algunas personas sufrían, con cierta frecuencia, parálisis del sueño. La parálisis del sueño u otros trastornos asociados, igualmente, al sueño, como la narcolepsia, han sido un argumento frecuentemente usado por los detractores de las abducciones para explicarlas. En concreto, la parálisis del sueño es aquel estado a medio camino entre la vigilia y el sueño (o estado de duermevela) en el que el individuo puede llegar a alucinar y,ver a seres de apariencia no humana a los pies de su cama. En este estado, la persona no puede mover ni un músculo y llega a describir la experiencia como aterradora, a pesar de que se trata de una situación que no entraña ningún tipo de riesgo y es relativamente frecuente entre la población (en torno a un 30%).Las conclusiones a las que llega Chris French, en definitiva, es que los “abducidos” tienden a alucinar, a disociar la realidad y a creer en lo paranormal.

La psicóloga Susan Clancy, de la Universidad de Harvard, estudiaba las implicaciones legales de las declaraciones de las mujeres que, repentinamente, afirmaban haber sido violadas en su infancia, cuando este hecho nunca había sucedido. Se dió cuenta de la fragilidad de los procesos de la memoria y de la relativa fiabilidad de los testimonios que, en los juicios, se refieren a hechos ocurridos muchos años atrás. Clancy descubrió en el grupo de los abducidos otro campo de estudio interesante. ¿Cómo era posible que estas personas relataran estas increíbles vivencias, de una manera tan sincera y coherente si éstos hechos presumiblemente nunca se habían producido? Tanto en el grupo de las mujeres que recreaban experiencias de abuso sexual que nunca habían tenido lugar como en el grupo de los que afirmaban haber sido secuestrados por extraterrestres encontró bastante propensión a experimentar parálisis del sueño.

¿Resuelven estos estudios el fenómeno abducción? En absoluto. Es cierto que en estos casos, la ausencia total de pruebas es la característica más notable. Nunca encontramos alguna huella del extraño secuestrador, un pelo, una pisada, ... Por otro lado, en los testimonios obtenidos bajo hipnosis, el hipnólogo puede influir notablemente, aunque sea de forma involuntaria, en el relato del abducido.

Sin embargo, la realidad con la que es percibida esta experiencia es demoledora (al margen de los casos de fraude manifiesto, que los hay).

Las abducciones constituyen por tanto un material de estudio interesante no sólo para la Psicología sino también para los antropólogos, filósofos, etnólogos y sociólgos. También, por qué no, para los investigadores particulares que intentan acercarse a la abundante casuística que hay sobre el tema, intentando dilucidar la realidad de tales historias.