Famoso fotomontaje en el que se oficializa el contacto con una especie extraterrestre |
Cada vez parece menos descabellado un escenario de
contacto con entidades extraterrestres. A la luz de los últimos
descubrimientos, esta posibilidad no parece tan lejana. Sabemos que hay más
planetas en nuestra galaxia con posibilidades de albergar vida de lo que
habíamos imaginado. Recientes análisis efectuados sobre los cuatro años de
información recopilada por el telescopio 'cazaplanetas' Kepler han arrojado una conclusión asombrosa: uno de cada cinco
planetas observados tiene características similares a las de la Tierra. Es
decir, ese 20% está ubicado en la famosa "zona de habitabilidad" (ni
muy lejos, ni muy cerca de su sol), tienen un tamaño aproximado al de nuestro
planeta, podrían tener atmósfera, etc.
Por otro lado, cuando observamos a nuestro vecino Marte, nos damos cuenta de que todo
parece haberse diseñado en el pasado para que la vida, en algún grado, se
hubiese abierto camino allí. Grandes barrancos, registros de dióxido de carbono
y la posibilidad de que, hace millones de años, el planeta rojo tuviese una
atmósfera similar a la de la Tierra parecen apuntar en esa dirección. Y si la
vida pudo existir, de la manera que fuese, en el lugar más próximo, si apareciese
en el primer planeta en el que miramos, eso nos tendría que llevar a una
conclusión necesaria: la vida en el Universo es un fenómeno habitual, puede
estar presente en cada rincón.
Tarjeta de visita
interestelar
Dejándonos llevar por la fuerza de la especulación, no es
difícil imaginar que, en algún lugar de la galaxia, esta vida, al igual que ha
ocurrido con el único caso que conocemos, el de nuestro planeta, se haya
desarrollado hasta dar lugar a una civilización; posiblemente, una civilización
tan avanzada que haya desarrollado un lenguaje, e incluso medios de transporte
para llegar hasta nosotros, o bien enviarnos un mensaje. ¿Qué ocurrirá el día que
recibamos ese mensaje en la Tierra? ¿Quién interpretará la misiva
extraterrestre? ¿Se hará público su contenido? ¿Cómo trataremos a nuestros
vecinos? ¿Quién los recibirá?
Estas preguntas desde hace algún tiempo se están
intentando responder por parte de juristas, astrofísicos y filósofos,
alumbrando lo que se está conociendo como "derecho espacial" o
"metaderecho".
La relación entre Han Solo y Chewbacca en ocasiones no era de lo más fluida |
Primeramente, habría que dirimir el status que asumirían
los visitantes con respecto a nosotros, cómo deberían ser vistos y tratados por
la Humanidad. Los humanos tendemos a categorizar de forma inmediata por el
aspecto físico a cualquier otro individuo.
Por ejemplo, si se nos presentase un ser con aspecto de perro, éste sería visto
como una criatura inferior. Algo similar a lo que ocurría en la primera saga Star Wars con la relación que mantenía
el cazarrecompensas Han Solo con su amigo Chewbacca,
que más bien pareciera su mascota dado el trato que en ocasiones le dispensaba,
a gritos. Como es bien sabido, el compañero de Solo no era un mero animal de
compañía, sino un ilustre general de las hordas wookiees. Las apariencias pueden engañar.
También pueden llevarnos a engaño las posibles
motivaciones de los alienígenas para contactar. Hay quienes les adjudican un
carácter hostil basándose en la experiencia que ya tenemos en la Tierra. El
profesor Stephen Hawking asegura que los humanos correríamos la misma suerte
que los indios americanos cuando Colon arribó al Nuevo Mundo: acabaríamos
subyugados a su cultura, valores y creencias, cuando no, esclavizados o
exterminados. "La Humanidad debería evitar el contacto con extraterrestres",
sentencia Hawking.
En District 9, los aliens vivían en chabolas y consumían carne de gato enlatada. Indignante. |
En el otro extremo están los que creen que ocurriría
justo lo contrario. La naturaleza depredadora y violenta del ser humano, que no
tiene porque ser una constante en el Universo,
acabaría sometiendo, de forma consciente o no, a los
visitantes. "Seguramente los maltrataríamos y torturaríamos", piensa
el divulgador vinculado al proyecto SETI, Paul Davis. El contacto acabaría
tomando el camino mostrado en la película District
9, donde los alienígenas eran hacinados en ghettos tercermundistas, sometidos a la vigilancia de una policía
fascista. En el film Avatar, eran los
humanos los que colonizaban otros mundos con el fin de explotar sus riquezas
minerales. Para Davis, habría que evitar a toda costa que se conocieran las
coordenadas del planeta de origen de la
civilización extraterrestre y, mucho menos, poner como portavoces de la
Humanidad a un político o un líder religioso.
Ante todo,
diplomacia
La incertidumbre que predominaría en un eventual escenario
de contacto extraterrestre ha llevado a los teóricos a elaborar protocolos de
comportamiento, llegado ese día. Ya en 1970, con la reciente llegada a la Luna
por parte del hombre, y el consecuente cambio brutal de perspectiva sobre
nuestro lugar en el espacio, el jurista Ernst Fasan contempló la posibilidad de
una acercamiento a una sociedad alienígena y esbozó once principios que
deberían conducir las relaciones diplomáticas entre las dos especies:
1. Toda acción capaz de ocasionar perjuicio a otra
especie es absolutamente inadmisible.
2. En caso de perjuicio, el que provoca el daño deberá
ofrecer indemnización plena.
3. Cada especie tiene derecho a la defensa propia.
4. Todas las especies inteligentes del universo gozan de
igualdad de derechos.
5. Cada uno de los sujetos del metaderecho tiene el
derecho de la propia libre disposición.
6. Cada especie tiene el derecho de reivindicar el propio
espacio vital.
7. El principio de conservación de una especie no tendrá
preferencia frente a la evolución de la otra.
8. Ninguno de los sujetos del metaderecho podrá exigir
algo imposible.
9. Las estipulaciones del metaderecho son de cumplimiento
obligatorio.
10. Ninguna de las normas del metaderecho deben ser respetada
si su observancia tuviera por consecuencia el aniquilamiento de la especie
comprometida por la obligación.
11. Es más un principio ético que legal, el que una
especie venga en auxilio de otra en caso de necesidad
En definitiva, la norma será tratar a los demás como querríamos ser tratados nosotros.
En definitiva, la norma será tratar a los demás como querríamos ser tratados nosotros.
Comentarios