Ya he dedicado algún post a esta inquietante entidad
conocida como Slenderman. En aquella ocasión hablaba de los orígenes de esta
moderna leyenda urbana, surgida de la cultura internet, el primer hombre del saco
de la era digital. Un experimento artístico que emergió de una web de relatos de
terror en 2009, y que ahora a su autor se le ha ido de las manos. Erik Knudsen
publicó una fotografía en blanco y negro en la que detrás de un grupo de
escolares, que parecen estar de excursión, se intuye el perfil fantasmal de un
ser alto y oscuro.
Desde entonces, lo de Slenderman ha sido un largo
peregrinaje. Los internautas se han apropiado de él, lo han modificado y lo han
soltado para que vuelva a echar a correr. Ahora ya es protagonista de
videojuegos y cortometrajes. Incluso tiene su propia serie, que se estrenará próximamente
en el canal HBO.
Por supuesto, también hay testimonios sobre su aparición
en caminos solitarios o en algún dormitorio en mitad de la madrugada.
Bosques oscuros y noches silenciosas
Sucedió a finales de 2014, en la localidad inglesa de
Cannock Chase. Como si de una epidemia se tratara los investigadores locales
recogieron una serie de relatos sobre la aparición de este ser extraño, en un
periodo comprendido entre el 8 de diciembre y el 23 de enero, alcanzando el
número de observaciones un pico en plena temporada de festejos navideños.
El 14 de diciembre de 2014, en Pye Green (próximo a
Cannock Chase), tuvo lugar uno de los primeros encuentros. Según relata el
asombrado testigo: "Estaba durmiendo en mi habitación, cuando un ruido me
despertó a las dos de la madrugada. Para mi asombro, pude ver una sombra oscura
y alargada que estaba apoyada en el armario que hay justo enfrente de la cama. Cuando
intenté salir de la cama para ver qué demonios era aquello, la sombra se empezó
a estirar hacia el techo. Me vi ante algo que me resultó realmente horroroso.
Esa criatura no medía menos de dos metros y tenía unos dientes afilados como
cuchillos".
Estaríamos ante una clásica aparición de alcoba de no ser
porque el protagonista de esta historia se refería en su relato a Slenderman,
quizás sugestionado por lo que ya habían contado otros testigos antes que él.
Los solitarios caminos de Cannock Chase han conocido encuentros inesperados |
Una historia similar la encontramos en la cercana
población de Rugeley. La testigo también se encontraba durmiendo plácidamente,
hasta que abrió los ojos: "Vi un hombre frente a mí, como flotando. Lo que
me más asustó fueron sus ojos rojos, parecían mirarme fijamente. Aquello me
sacudió el alma. Todo terminó cuando el hombre, que vestía de negro y llevaba
un sombrero, empezó a elevarse cada vez más hasta que desapareció al tocar el
techo".
Otro caso tuvo lugar el 23 de enero en Castle Ring. Así
lo contaba un vecino de la localidad: "Mientras daba un paseo de
medianoche percibí una figura extraña en la distancia. Parecía elevarse entre
los árboles y sobre un camino, a unos cien
metros enfrente de mí. La noche era muy clara y pude distinguirlo bien. Iba
vestido como un caballero, con un largo abrigo negro y con un sombrero clásico. Sé que no era
humano porque tenía unos ojos rojos que brillaban en la noche. Tenía una boca
amplia, llena de dientes que parecían cuchillas. Después de revolotear un rato,
volvió a descender detrás de los árboles. Sobra decir que no indagué más. Di la
vuelta y volví a casa".
Recuerdos de
Slenderman
Para el investigador local, Lee Brickley, no cabe duda a
raíz de las decenas de testimonios recabados por él: se trata de Slenderman. "La
gente habla de un ser muy delgado, de aspecto sombrío, sin rasgos claros aunque
con ojos rojos y vestido con un traje victoriano", aseguró.
Es llamativo que las apariciones tuvieran lugar durante
un corto espacio de tiempo. Lo cierto es que cesaron con la
misma brusquedad con la que comenzaron. Como si un tsunami hubiese sacudido la
tranquila región de Cannock Chase.
Dos años después, aún se puede percibir la impronta que
dejó Slenderman en aquellas tierras. La gente habla de que sueña con esta
entidad. Otros, como la psíquica Christine Hamlett recordó haberlo visto cuando
era una cría de cinco 5 años. Incluso, algunos se atreven con especular con una
puerta dimensional en Cannock Chase. Un portal por el que, aseguran, regresará,
quizás atendiendo a algún caprichoso y desconocido algoritmo del
espacio-tiempo.
De ésta y otras historias hablo en mi último libro Los Fantasmas de La Candelaria (2.0 Books)
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