Drone de guerra Predator, causante de decenas de muertes en Oriente Medio |
La impopularidad creciente de algunos conflictos bélicos
están provocando que la guerra se esté reinventando. Se imponen nuevas armas,
nuevos conceptos. La tendencia es la de no exponer en exceso a los soldados y
evitar su captura por parte de del enemigo. Pese a su uso cada vez mayor, el
uso de los drones, básicamente
aviones no tripulados, no es algo
precisamente novedoso. Podemos rastrear su utilización en tiempos de la Primera
Guerra Mundial. El torpedo aéreo Kettering, construido con financiación de
Estados Unidos, era un pequeño avión dirigido por radiocontrol que era lanzado
con una carga explosiva contra el enemigo. En los últimos tiempos, sin embargo,
estos aparatos parecen desplegar una serie de habilidades prodigiosas, llegando
a dar la impresión de que estamos ante naves de otro mundo.
Encuentro en Arak
La revista Combat Aircraft Monthly, en su número de octubre,
publicaba una información proveniente de fuentes militares iraníes que hablaba
de un encuentro de un caza combate F-14 con un artefacto no identificado que
mostraba unas características difícilmente atribuibles a una aeronave
convencional. El suceso tuvo lugar en 2004, cerca de unas instalaciones
nucleares en la región de Arak. El ovni fue detectado por un radar de tierra. "Manifestaba unas cualidades de vuelo
asombrosas, incluyendo capacidad para volar fuera de la atmósfera. También
podía alcanzar una velocidad Mach 10 y permanecer estático. Se encontraba
sobrevolando la planta de procesamiento de agua pesada de Arak".
Un caza iraní despegó en misión de interceptación. Al aproximarse al objeto, la descripción que
pudo dar el piloto fue la de "un aparato esférico con una turbina verde
que creaba turbulencias". Una vez
el Tomcat lo marcó como objetivo, seleccionó un misil para lanzarlo contra el
intruso, pero éste incrementó su velocidad y "desapareció como si fuese un
meteoro".
El Ministro de Inteligencia iraní, Ali Younesi, aseguró que los ovnis observados en Irán en 2009 eran drones americanos |
El incidente de Arak nos recuerda a otro suceso acaecido
en Teherán y que con el tiempo se ha convertido en un caso clásico de la
literatura ufológica. En 1976, varios cazas iraníes interceptaron un ovni pero
al acercarse a él, sufrieron un bloqueo en el uso de sus armas e instrumentos.
En 2004 podemos sospechar que tal tecnología pudiese
existir. Pero, ¿en 1976? Incluso en la actualidad, las potencialidades de estos
drones parecen desconocidas. El misterio que rodea a estas aeronaves no tripuladas
propició una oleada ovni en Irán en 2009. Fueron centenares los avistamientos
denunciados por civiles. Las
observaciones llegaron a ser recogidas de manera frecuente por la propia
televisión estatal. El ministro de Inteligencia, Ali Younesi, aclaró la
procedencia de tales prodigios aéreos:
"La mayoría de los objetos brillantes que nuestra gente ve en el
espacio aéreo iraní son artefactos americanos usados para espiar instalaciones
iraníes. Esto ya viene ocurriendo desde hace mucho tiempo atrás".
En 2011, las milicias iraníes lograron derribar un drone.
Una pérdida tremenda para sus propietarios ya que el valor de estos aparatos
puede ser de varias decenas de millones de dólares. Desde entonces, sus intentos por lograr
replicar uno han sido en vano.
Guerra
deshumanizada
Oriente Medio es el laboratorio donde actualmente se
están desarrollando principalmente las operaciones militares con drones. Su uso
imparable e indiscriminado ha sido denunciado por organizaciones como Amnistía
Internacional. Las víctimas civiles provocadas por estos aparatos ya se pueden
contar por centenares. Un aspecto que preocupa especialmente a los movimientos
que luchan por los derechos humanos es que no parece existir una
responsabilidad clara cuando el ejecutor de las muertes es una máquina. Las
culpas se diluyen.
Un caza F-14 iraní interceptó un drone que mostraba cualidades de vuelo prodigiosas |
Los drones son pilotados por personal militar ubicado en
cuárteles en Estados Unidos, a miles de kilómetros de distancia de sus
objetivos, mediante señales emitidas a través de satélites. Esta distancia crea
un desapego hacia las circunstancias en las que se produce la acción. No hay
lugar para la empatía y compasión que
podría sentir un ser humano con la víctima si estuviera en el campo de batalla.
Ni siquiera existe capacidad de valorar en su justa medida las condiciones
ambientales del escenario, que podrían evitar muertes innecesarias. Aún así, no
se ha podido evitar que hasta un 30% de los pilotos de drones sufran episodios
de estrés postraumático, según un informe del Pentágono. Algo que preocupa a
las propias autoridades, que han desarrollado un programa para mitigar las
crisis psicológicas por este motivo.
Sin embargo, la culpa que puede sentir alguien que arrebata
la vida a otro ser humano puede tener los días contados. El informe
"Perder la humanidad: Razones para rechazar el uso de robots de
combate", de la organización Human Right Watch, considera una realidad la
existencia de máquinas "que están
preparadas para seleccionar y atacar objetivos sin intervención humana".
En el documento también podemos leer: "Que las máquinas decidan quién
puede vivir y quién puede morir en el campo de batalla es permitir que la tecnología
llegue demasiado lejos".
En el caso de los drones de guerra como el Predator el
grado de autonomía no ha alcanzado estos límites. Estos aparatos tienen
capacidad para despegar y aterrizar sin intervención humana. Como mucho, pueden
dirigirse hacia los objetivos humanos previamente seleccionados, pero al final
es el piloto el que aprieta el botón rojo. Sin embargo, los expertos en tecnología militar ya han adelantado que es
mera cuestión de tiempo que los drones desarrollen algoritmos que les permitan
valorar de forma autónoma que objetivos deben eliminar. De esta forma, las
primeras muertes a manos de las máquinas no tardaran en llegar. Sin duda, será
un antes y un después en la historia de la Humanidad.
Comentarios