El camino hacia el cumplimiento de la supuesta profecía maya
del fin del mundo emprende su último tramo. A solo tres meses del anunciado 21
de diciembre de 2012, fecha en la que, según dicen, la Humanidad se lo jugará
todo, ya sea una extinción en sentido literal o una reconversión
espiritual, se podría acelerar el curso
de los acontecimientos. El aumento de los comportamientos sectarios o de
determinadas especulaciones inmobiliarias –búnqueres subterráneos- serán
algunos signos de eso que algunos se han empeñado en llamar “el fin del mundo”.