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Mostrando entradas de marzo, 2013

Los fantasmas del accidente de Los Rodeos

Se cumplen 36 años del mayor accidente aéreo de la historia y aún resuenan con fuerza los ecos de la tragedia. El 27 de marzo de 1977, tuvo lugar un encadenamiento de nefastas circunstancias que hicieron irremediable la tragedia. Ese día, el aeropuerto de Los Rodeos, en el norte de Tenerife, se vio desbordado por la cantidad de aviones que llegaban desde el aeropuerto de Gando,  en Gran Canaria, debido a un artefacto explosivo que había estallado en el interior de sus instalaciones. La situación de caos vivida en Tenerife, sumada a la densa niebla y a una acción precipitada de despegue por parte de un avión de la compañía holandesa KLM, fueron algunos de los ingredientes del desastre. El balance no pudo ser peor: 583 muertos entre los dos aviones que colisionaron.

Hugo Chávez, ¿víctima de los reptilianos?

 “Nosotros no tenemos ninguna duda en este punto. Los enemigos históricos de nuestra patria buscaron el punto para dañar la salud de nuestro comandante. De momento, ya tenemos bastantes pistas sobre este tema y tendrá que ser investigado por una comisión especial a nivel científico. Ha habido otros casos en la Historia, demasiados casos, como el de Yaser Arafat”. Eran las recientes palabras del actual presidente al cargo de Venezuela, Nicolás Maduro, para referirse a una posible complot en la muerte de Hugo Chávez. El responsable político no hacía sino aumentar las tesis conspirativas que ya venían circulando en torno a la figura de Chávez, desde que enfermara de cáncer hace dos años.

El corazón se para, la vida sigue

En pleno siglo XXI, la muerte sigue siendo un terreno insondable para el ser humano, la última de las fronteras. El misterio de su auténtica naturaleza solo puede ser tratado con algunas aproximaciones filosóficas. La Ciencia, por otro lado, -la Ciencia que nos ha llevado a la Luna y ha erradicado enfermedades-  no tiene respuestas claras para cuestiones elementales como establecer el momento exacto de la muerte. Algo que parece importante si no queremos enterrar a alguien vivo. Casos no faltan. En este territorio pantanoso, en el que abundan preguntas y faltan respuestas, a veces aparece un rayo de luz que nos permite vislumbrar algunas claves. En medio de los temores, prejuicios y tabúes que aún despierta el estudio médico de este tema, surgen investigadores que intentan ir un paso más allá. Lo primero que parece claro es que cuando alguien muere, no es como si apretásemos  el interruptor para apagar la luz. La cosa parece un poco más compleja.