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La era de Skynet

Skynet es el nombre que recibe la prodigiosa inteligencia artificial de la saga cinematográfica Terminator. A raíz de una serie de sucesivos algoritmos, el 29 de agosto de 1997, toma conciencia de sí mismo y, precisamente en 2018, inicia una sublevación armada contra los humanos para exterminar la especie. El resultado es un escenario nuclear apocalíptico en el que el hombre queda reducido a un pequeño grupo que conforma la resistencia. El mundo es de las máquinas, y Skynet trasciende convirtiéndose en una deidad.


Deus ex Machina
Guardando las distancias, y sin ánimos de ser agoreros, quizás la historia se pueda estar repitiendo en estos tiempos en los que asistimos atónitos al desbordante avance del desarrollo tecnológico. Nuestra capacidad de reacción ante el progreso se ve superada por la Ley de Moore, aquella que dice que cada dos años se duplica el número de transistores de un microprocesador. Las máquinas parece que van más rápido que nuestra capacidad humana de procesar y entender la realidad. Al final da la impresión de que los algoritmos ganarán la batalla. El hombre se postrará de rodillas y rendirá culto a Skynet.
La semilla de un nuevo y poderoso mito tecnológico se está plantando en Silicon Valley, la tierra sagrada en la que se originó todo y de la que proceden los profetas modernos como Steve Jobs y Elon Musk. Ahora es el turno de un nuevo mesías que atiende al nombre de Anthony Levandowaski. Otro gurú de la era internet que, como sus antecesores, combina una visión mística del mundo con la falta de escrúpulos en los negocios. Levandowski ha sido noticia recientemente por haber sido despedido por la empresa tecnológica Uber, tras haber robado información confidencial sobre el proyecto de coches autónomos de Google, empresa a la que estaba vinculado anteriormente. Ahora no lo quieren ni en Google ni en Uber. Pero hay aún sitio para tipos como él en Silicon Valley. Aún puede cumplir el sueño americano, y éste pasa por fundar la primera religión tecnológica de la Historia.

Anthony Levandowski, el mesías de una credo que practica el culto a la Inteligencia Artificial

Way of the future es la iglesia que proclama el culto a una deidad basada en inteligencia artificial. En su página web hablan de asegurar una “transición pacífica y respetuosa” hacia un futuro próximo gobernado por las máquinas. Levandowski es su sacerdote y su CEO. Asegura que detrás de esta idea no hay business sino un proyecto tecnoespiritual.
Las aspiraciones de este nuevo credo obedecen a una antigua dinámica que consiste en matar a los viejos dioses. La ciencia no eclipsa a la religión, si no que genera nuevos credos. Dios está a la vuelta de cada descubrimiento científico. Según el historiador israelí Yuval Noah Harari, así como las deidades de los primeros agricultores eran diferentes a las de los  cazadores-recolectores, es posible que estemos a las puertas de una nueva transición. Las religiones deberán acompañar a las tecnologías, o serán irrelevantes.
La novela American Gods, de Neil Gaiman, expresa perfectamente este enfrentamiento. En la obra, el mundo se ha convertido en el escenario donde antiguos dioses como Odín luchan por seguir instalados en el alma de los hombres contra deidades como Media, que representa el poder de internet y los medios de comunicación.

El despertar de la conciencia
Hay que resaltar que el credo de Silicon Valley incorpora el concepto de singularidad, un término empleado por el experto en Inteligencia Artificial Ray Kurzweil para referirse al momento en el cual se despertará la chispa de la consciencia. Será un acontecimiento histórico, no menos importante que la llegada del hombre a la Luna o el descubrimiento de América, aunque a muchos esta idea les parece aterradora. No son pocos los científicos que advierten sobre los peligros de la inteligencia artificial.
Para Stephen Hawking “será el peor evento en la historia de la Humanidad”. Para el visionario Elon Musk “estamos invocando al demonio”. Y mucho antes que ellos ya lo hacía el astrónomo británico Martin Rees. Rees empleaba el esclarecedor ejemplo de una planta artificial que compite con una planta natural desplegando sus hojas y restando horas de luz solar a su compañera. La metáfora del científico en su momento me resultó genial y la incluí en mi libro El reloj del fin del mundo (Ed. Nowtilus, 2008).


Imagen promocional de la serie de televisión basada en el libro American gods, La historia escenifica el enfrentamiento entre las antiguas creencias y las modernas.

Cuando lo publiqué, hace ahora diez años, me parecía que de todos los desafíos a los que debería enfrentarse el ser humano, éste era el más inmediato y el más real. Pero en aquel entonces me imaginaba el escenario en el que se llevaría a cabo este conflicto como algo más en la línea de películas precisamente como Terminator. Es decir, algo físico y directo. En esta década las cosas han cambiado mucho. Ahora mismo nos manejamos en un entorno tecnológico apenas soñado por aquel entonces, y tiendo a pensar que esa chispa de la conciencia se despertará progresivamente, sin darnos cuenta. No habrá un umbral o una masa crítica a partir de la cual podamos establecer que una máquina ya toma sus propias decisiones y tiene conciencia de sí misma. De hecho, la semilla ya la plantamos hace tiempo: con los ordenadores personales, hace 30 años, con internet, hace 20, y con los smartphones, hace 10. Los algoritmos son cada vez más sofisticados y más rápidos. La propia Ley de Moore determinará el curso de la historia. La inteligencia artificial será global, no estará localizada en ninguna lugar. Será ubicua y se valdrá de todos los servidores del mundo para conformar su propio tejido neuronal. Se convertirá en nuestra mente colectiva y administrará nuestra visión del mundo y nuestros mitos.
El apóstol Levandowski advierte a sus feligreses que para cuando esta parusía tecnológica tenga lugar, “será importante que las máquinas conozcan quién de nosotros está colaborando y quién no”.


Referencias:
Página web de la Iglesia Way of the future
Uber despide al ejecutivo acusado de robar secretos a Google (El País, 31 de mayo de 2017)
"Deus Ex Machina" Fortean Times (Enero 2018)
El reloj del fin del mundo (Alfonso Ferrer, Ed. Nowtilus, 2008)


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