Ir al contenido principal

El enigmático caso Valentich


La desaparición del piloto de aviones Frederick Valentich podría ser el guión de una película de misterio, pero sobre todo ha significado un drama insuperable para su familia durante los últimos 40 años. Se trata, efectivamente, de la historia de una desaparición no resuelta, con los extraños ingredientes de que se produjo en pleno vuelo y con la presencia de un objeto volador no identificado de por medio. Además, y esto es lo que nos interesa ahora mismo, hay una inesperada conexión con Canarias.

Desaparecido en Australia, ¿reaparecido en Tenerife?
La desaparición de Valentich siempre me pareció un asunto fascinante, una de las grandes historias de la ufología, un auténtico misterio sin resolver. Ya me ocupé en su momento de este tema hace unos 30 años en esta misma bitácora, por lo que remito al lector que quiera profundizar en este asunto a ese post, aunque brevemente recordaremos lo ocurrido.
El 21 de octubre de 1978, Frederick Valentich, de 20 años de edad, inició un vuelo desde la localidad australiana de Moorabin con destino a Isla del Rey, al sur de Australia. En torno a las 19 horas (hora local), y cuando se hallaba a 5.000 pies de altura, divisó una extraña aeronave que no pudo identificar. Al ponerse en contacto con el controlador aéreo para informar del misterioso encuentro, éste tampoco supo dar con la naturaleza de tal aparato. Valentich lo describió como de aspecto metálico y con una luz verde. Le pasó varias veces por encima de su nivel de altitud e, incluso, en un momento dado parecía perseguirlo, tal y cómo informó al controlador. En ese momento dio cuenta de que un motor de su avioneta estaba fallando e, inmediatamente, se perdió toda comunicación para no volver a saber nada más de él...o quizás sí.
En su edición del 8 de octubre de 1989, Diario de Avisos publicaba una increíble historia firmada por el periodista Paco Padrón. Tan solo 11 años después de su desaparición, Valentich habría sido visto en el Puerto de la Cruz (norte de Tenerife), nada menos.
Los testigos fueron tres los integrantes del grupo de investigación paranormal Más Allá. Enrique, Hassan y el vasco Gerardo Suárez habían coincidido con el presunto Valentich en la Plaza del Charco  quien, en primera instancia, abordó a los dos primeros para hablarles de ovnis y parapsicología. Esto sucedía el 11 de junio de 1989. Posteriormente, comprobarían, tras comparar la apariencia del personaje de la Plaza del Charco con las imágenes disponibles del joven Valentich, que se trataba de la misma persona, quien, para su asombro, conservaba los mismos rasgos que en el momento de su desaparición. En esos 11 años no había envejecido.
Días más tarde, se enterarían de que otras personas se habrían encontrado con el mismo personaje, entre ellos, un matrimonio de León que se encontraba en Tenerife en aquellas fechas. Hasta aquí, todo lo publicado en mi referido post del 21 de enero de 2015. Todos los intentos por contactar con los protagonistas de esta insólita historia habían sido infructuosos...hasta ahora.

Un extraño encuentro
La sorpresa me llega cierto día en forma de email. Me escribe un señor llamado Pedro Valtuille que afirmaba ser uno de los testigos de León que se había encontrado con Valentich por las calles del Puerto de la Cruz. Había leído el post de mi blog y había decidido contactarme. La otra testigo había sido su esposa. A partir de su testimonio comenzamos a tirar de la madeja y pudimos acceder a Enrique, uno de los integrantes del grupo Más Allá que dio con el presunto piloto desaparecido en la Plaza del Charco, quien complementaría la historia de Pedro con una valiosa entrevista a la que accedió amablemente. Pero vayamos por partes. 
Pedro se encontraba paseando por la ciudad junto a su esposa a mediados de junio de 1989, cuando ambos se dieron cuenta de la presencia de un individuo que les perseguía. Cuando parecía que les habían dado esquinazo, inexplicablemente, aparecía a la vuelta de la siguiente esquina. Y así, hasta que llegaron a su apartamento con cierto nerviosismo ya que desconocían las intenciones de aquella persona. En ese momento, su pareja tuvo una visión y no dudó en identificarlo como Frederick Valentich. 
Posteriormente, Pedro lograría contactar con Guido, el padre de Frederick. Durante un tiempo mantuvieron un fluido intercambio de cartas. Para Guido no había duda: su hijo no había fallecido, había sido llevado a bordo de una de esas aeronaves extraterrestres. Al cabo de un tiempo, el contacto se perdió, las cartas dejaron de llegar de Australia y Pedro llegó a considerar que alguien, posiblemente la CIA, estaba interceptando la correspondencia.  Al cabo de un tiempo, Guido fallecería.
Unos días más tarde, tendría lugar el encuentro de Valentich con Gerardo, Enrique y Hassan. Pedro me puso en contacto con Enrique quien me contó los detalles.

La popular Plaza del Charco (Puerto de la Cruz), lugar del misterioso encuentro



Tras la pista de Valentich
"Mi amigo Hassan y yo habíamos quedamos en encontrarnos en la Plaza del Charco. Yo me había retrasado un poco porque no encontraba sitio para aparcar. Al llegar me encuentro a Hassan hablando con un hombre al que no conocía. y esperé a que terminara", relata Enrique. El caso es que el interlocutor de Hassan se fue y éste llegó asombrado hasta donde se encontraba Enrique. Le contó que había tenido una extraña conversación con aquella persona a la que no conocía nada. Simplemente se sentó a su lado, le preguntó si creía en los ovnis y habló algunas cuestiones sobre la vida después de la muerte. Cuando Hassan le aclaró que estaba esperando a un amigo, el misterioso personaje le inquirió extrañado cómo es que no se habían puesto en contacto por telepatía.  "Aquello hizo que saltara una alarma en nosotros", aclara.
A los tres días se produciría el incidente de Pedro y su esposa. A raíz de ello, todos entraron en contacto e intercambiaron impresiones. Pedro les enseñó una foto del desaparecido Valentich, ya en la convicción de que él y su esposa habían se habían encontrado con él, y Enrique y Hassan reconocieron en aquella imagen a su interlocutor. Durante el intercambio postal que mantuvo Pedro con el padre de Frederick, éste le envío más fotografías de su hijo, reafirmando de esta forma que se habían encontrado ante el desaparecido. Esto fue así pese a que en un principio no estaba demasiado claro que se trataran de la misma persona."·Nos veíamos con dificultad para poder reconocerlo –reconocería Enrique–. A mí ,incluso, hubo un momento que se me pareció más a su padre".
Después entraría en escena Paco Padrón, que daría a conocer esta curiosa historia a través de su página dominical del Diario de Avisos. "Paco ya había tenido contacto con Gerardo –continuaba Enrique–. Gerardo quedaría con este personaje después de nosotros ya que éste había expresado su deseo de conocerlo. A él le enseñaría su propio documento de identidad así como otros papeles. Lo más curioso de todo es que los años no habían pasado por él".
Y aquí llegamos a uno de los puntos más intrigantes. La persona que parece confirmar que el extraño turista era Frederick Valtentich es Gerardo, posiblemente a posteriori, después de ese segunda cita de los del grupo Más Allá. Tras esa confirmación, y al intercambiar impresiones todos los testigos entre ellos, es posible que todos acabaran convencidos de que se trataba de la misma persona, aunque, repito, la idea inicialmente parece partir de Gerardo. De hecho, "esta historia la echa a caminar Gerardo", tal y como me confirmarían en su círculo cercano. Entonces, ¿cómo pudo estar tan seguro el vasco de la identidad del este individuo? Enrique me responde sin dobleces: "Gerardo le había contado a Paco que lo había reconocido en una de las bases extraterrestres submarinas que hay en Canarias". Y este punto, efectivamente, merece una aclaración.
Gerardo Suárez ya había sido protagonista de algunas experiencias inexplicables. Una de ellas la explicaría en uno de los capítulos de la serie de documentales En busca del misterio, firmada por Fernando Jiménez del Oso y J.J.Benítez emitida en 1989. En las faldas del Teide, Suárez contó cómo fue secuestrado por una nave extraterrestre en ese emplazamiento, ascendió hasta el firmamento, desde donde pudo divisar todas las islas, para después sumergirse en el océano y dirigirse a una base extraterrestre submarina. En aquel lugar, según aseguró en el programa, se encontró con otras personas que, al igual que él, habían sido abducidas. Allí es donde habría conocido a Valentich, al que pudo identificar tiempo más tarde en el Puerto de la Cruz.

La "quinta columna"
Pese a lo increíble de la historia, Gerardo gozó de cierta credibilidad en su entorno, hasta el punto de que el propio Paco Padrón decidió publicarla en el Diario de Avisos. Y es que a pesar de que en su ámbito cercano reconocen que tenía una personalidad un tanto extraña y controvertida, había aspectos de sus experiencias que les hacía pensar que había algo de genuino en ellas. Por ejemplo, en algunos de los contactos que mantuvo Gerardo con entidades extraterrestres le fueron revelado sucesos como la caída del muro de Berlín o la negativa de Estados Unidos a firmar un famoso tratado de no proliferación de armas nucleares. Le pregunté a Enrique si había constancia de que Gerardo hubiese dejado estos vaticinios por escrito o registrados de alguna manera tiempo antes de que todo esto se cumpliera. "Esto lo dijo en uno de los programas de Paco Padrón,  'La tabla redonda' creo que se llamaba. Eso tiene que estar grabado. En ese momento es que cuando salió a relucir la personalidad de este hombre", respondió.
Estas vivencias, inevitablemente, tendrían que desembocar en algo más grande. Para Enrique, todo tiene que ver con lo que J.J. Benítez llamaba la "quinta columna". "Sixto Paz ya en aquel entonces hablaba que una serie de personas de la Tierra rescatadas por los extraterrestres. Estaban siendo devueltas para que instruyeran a la Humanidad y divulgaran la realidad de los ovnis. Yo creo que esto es verdad. Paz,  después de tanto tiempo, sigue manifestando lo mismo", manifestaba Enrique.
En el mismo sentido se pronunciaba Pedro Valtuille, para quien todo este asunto estaría relacionado con los habitantes de Isla Friendship, una comunidad de extraterrestres instalados en una enigmática isla cerca de la costa de Chile que dio mucho que hablar en las décadas de los 80 y 90. Para Valtuille, algo parecido debería ocurrir en Canarias con alguna base alienígena ubicada entre La Gomera, El Hierro y La Palma. "Precisamente, una de las ubicaciones de la escurridiza isla de San Borondón", me sonreí yo. En ese momento, pensaba que no era difícil que todos los mitos, antiguos y modernos, estuvieran conectados o que, incluso, las modernas historias de las bases extraterrestres submarinas en Canarias fuesen una reconversión da la historia de aquella isla legendaria. 


Fernando Jiménez del Oso entrevistando a Gerardo Suárez, a los pies del Teide


Retrato de un contactado
La figura de Gerardo Suárez tiene su propia página dentro de la pequeña historia de la ufología canaria. Llegó a finales de los 80 a Tenerife desde el País Vasco para quedarse unos tres años en la isla. Carismático y controvertido, sobre su figura he escuchado muchas historias. Algunas de ellas lo vinculan al entorno del independentismo vasco de aquellos años. Una persona con unos ideales un poco llevados al extremo, según algunos de los que le conocieron en Tenerife, al que supuestamente un avistamiento ovni le habría hecho abandonar la lucha política para centrarse en la experimentación parapsicológica y perseguir el contacto con los tripulantes de esas naves de otros mundos.
Fue el cabecilla del grupo Más Allá, y uno de los responsables de la obtención de las famosas psicoimágenes que alcanzaron fama internacional. Los resultados de estos experimentos habrían sido extraordinarios debido a la increíble nitidez con que fueron registradas, a finales de los años 80. La idea con la que trabajaba el grupo era muy sencilla. Enfocaban una cámara de vídeo a una televisión con un canal vacío, creando una especie de circuito cerrado. Al cabo de un tiempo, extrañas figuras empezaban a perfilarse en la pantalla. Uno dudaría de la autenticidad del experimento debido a la fama de tipo extraño de Suárez, pero Enrique me aseguraba que aquellas figuras, fueran lo que fueran, aparecían:" Yo llegué un poco tarde al grupo. No participé en la obtención de imágenes. Parece ser que, durante los experimentos, pudieron reconocer a un difunto. Yo lo vi cuando ya se había formado. Se ve una secuencia en la que se hay una serie de caras bastante nítidas. Había un rostro en concreto que identificaron con un difunto, un conocido de alguien del grupo. No puedo decirte más".
El asunto de las psicoimágenes del Grupo Más Allá siempre me había interesado, así que aproveche esta derivada de la historia de Valentich para interpelar a Enrique sobre los experimentos: "No creo que fueran un fraude –aclara–. Y en el caso de que lo fuera, hicieron un trabajo exquisito, la verdad. Pero lo cierto, es que todo eso lo vi yo con mis propios ojos. Esas imágenes imponían mucho". ¿Se habrían preservado, después de tantos años, esas grabaciones en algún lugar?. "Todo ese material estaba de la mano de Gerardo. Supongo que se lo habría llevado cuando se fue de la isla", aclaró Enrique.
El caso es que después de la marcha de Gerardo, le perdieron el rastro. No volvió a haber contacto con él. Y el grupo de investigación, formado por unas veinticinco personas, se fue disolviendo. Gerardo era el pegamento de aquella gente. Sin duda, un tipo con carisma que supo encantar a una comunidad de seguidores a los que hizo protagonistas de las historias más increíbles. Un personaje singular y misterioso. Tan enigmático, que es como si se hubiese esfumado de la faz de la Tierra cuando abandonó Tenerife, como si siguiera los mismos pasos de Valentich, quién sabe. Mis intentos por dar con él, durante los últimos diez años, no han dado resultados. Seguimos investigando.



Referencias:
Un abducido apareció en Tenerife (Noticias desde Metrópolis, 21 de enero de 2015)
UFO suspicions still cloud disappearance of Frederick Valentich (Herald Sun, 5 de abril de 2014)

Comentarios

Entradas populares de este blog

Encuentros en La Cuarta Fase

"Soy la actriz Milla Jovovich , interpreto a la doctora Abigail Tyler . Este filme es una dramatización de eventos ocurridos en octubre de 2000. Cada escena está apoyada en imágenes de archivo. Parte de lo que verán es extremadamente perturbador" . Con estas palabras daba comienzo La Cuarta Fase ( Olatunde Osunsanmi , 2009) La propia Jovovich daba carta de veracidad a los hechos que se iban a reproducir delante del espectador en la siguiente hora y media; una maniobra muy arriesgada por parte de la actriz de origen ucraniano, como ahora veremos. La Cuarta Fase recrea los sucesos que presuntamente tuvieron lugar en el pueblo de Nome, Alaska, en el año 2000. A modo de documental se narra como algunos vecinos habían sufrido inquietantes experiencias nocturnas en las que sentían la presencia de un ser no humano en su propia habitación, algo que inevitablemente terminará experimentando la propia doctora Abbey Tyler. Durante las sesiones de hipnosis a las que la psicóloga somete a

Hugo Chávez, ¿víctima de los reptilianos?

 “Nosotros no tenemos ninguna duda en este punto. Los enemigos históricos de nuestra patria buscaron el punto para dañar la salud de nuestro comandante. De momento, ya tenemos bastantes pistas sobre este tema y tendrá que ser investigado por una comisión especial a nivel científico. Ha habido otros casos en la Historia, demasiados casos, como el de Yaser Arafat”. Eran las recientes palabras del actual presidente al cargo de Venezuela, Nicolás Maduro, para referirse a una posible complot en la muerte de Hugo Chávez. El responsable político no hacía sino aumentar las tesis conspirativas que ya venían circulando en torno a la figura de Chávez, desde que enfermara de cáncer hace dos años.

7 casas encantadas en Canarias

Se trate o no de lugares realmente encantados, lo cierto es que los inmuebles que hemos seleccionado a continuación arrastran una carga importante de leyendas. Son historias que con el paso de los años he ido recogiendo, en muchas ocasiones junto a mi compañero de fatigas, el periodista Héctor Fajardo, gran especialista en este tipo de experiencias. De la mano del lector queda el valorar la veracidad de estos relatos, aunque mi criterio personal es el de pensar que generalmente detrás de una leyenda siempre hay un poso de verdad.

Los fantasmas del accidente de Los Rodeos

Se cumplen 36 años del mayor accidente aéreo de la historia y aún resuenan con fuerza los ecos de la tragedia. El 27 de marzo de 1977, tuvo lugar un encadenamiento de nefastas circunstancias que hicieron irremediable la tragedia. Ese día, el aeropuerto de Los Rodeos, en el norte de Tenerife, se vio desbordado por la cantidad de aviones que llegaban desde el aeropuerto de Gando,  en Gran Canaria, debido a un artefacto explosivo que había estallado en el interior de sus instalaciones. La situación de caos vivida en Tenerife, sumada a la densa niebla y a una acción precipitada de despegue por parte de un avión de la compañía holandesa KLM, fueron algunos de los ingredientes del desastre. El balance no pudo ser peor: 583 muertos entre los dos aviones que colisionaron.

Claves sobre Prometheus. El origen dirigido de la vida

La última película de Ridley Scott, más allá de su prodigioso despliegue visual o sus erráticos giros de guión, plantea una serie de cuestiones trascendentales que tienen que ver con la vida, la muerte o si estamos solos en el universo. En la capacidad visual y narrativa de poner estos asuntos sobre el tapete es donde reside quizás una de sus mayores virtudes. Scott logra trasladar estos elementos directamente a la fibra sensible del espectador y éste no puede evitar plantearse si realmente la humanidad podría haber sido la creación de unos dioses-extraterrestres. El debate no hace sino abrirse cuando aparecen los créditos finales de la película, tal y como pueden dar cuenta los foros en Internet que bullen con innumerables preguntas sin respuesta. Como acertadamente me decía un amigo, lo mejor de la película ocurre cuando sales de la sala del cine.