Si hay un relato que nos fascina de
todo el espectro de historias ufológicas es el de los encuentros de aviones
tripulados por humanos con aeronaves de origen desconocido. Quizás porque nos
remite a incontables películas en las que este escenario tiene lugar, o por el
miedo que causa el cruce de nuestra insignificante tecnología con la de los
prodigiosos ovnis. Sin duda, este asunto tiene tanto de romántico como de
terrorífico. Lo cierto es que si bien, este tipo de historias fueron
relativamente frecuentes en la era dorada de los ovnis (hace 30 o 40 años),
cada cierto tiempo es inevitable que nos llegue alguna información sobre algún
caso inédito. Algo que demuestra que el fenómeno ovni es incombustible.
Escaramuzas aéreas en California
Recientemente, dentro de la
intrigante desclasificación de documentos ovni del pentágono, hemos conocido
las declaraciones de dos pilotos de la Fuerza Aérea de Estados Unidos (dónde si
no), según las cuales, en noviembre de 2004 tuvieron un encontronazo con un
aparato volador que no parecía de este mundo, a tenor de las desconcertantes
maniobras que llevaba cabo. Los oficiales David Fravor y Jim Slaight se
encontraban de maniobras con un caza de combate F-18 Hornet dentro de unos
ejercicios de Marina estadounidense, a unos 160 kilómetros de la costa de
California.
Entonces recibieron por radio un
requerimiento por parte del crucero USS Princeton, preguntándoles si llevaban
armas a bordo. Los oficiales al mando del crucero mostraron de esta manera la
gran inquietud que les provocaba la presencia de un extraño objeto detectado en
radar cuyas maniobras desafiaban la tecnología conocida. Fravor explicó que no
portaban armas ya que dentro de aquellos ejercicios no eran necesarias pero que
irían a echar un vistazo.
Los tripulantes del caza lograron
avistar a ojo desnudo un objeto que se movía de forma errática a escasos metros
del mar, muy por debajo de donde ellos se encontraban. Decidieron descender
para identificar el ovni, pero el ovni se movió tan rápidamente que lo
perdieron de vista. Según las declaraciones de los pilotos, pudo avanzar 100
kilómetros en menos de un minuto. Nuestros protagonistas se mostraron
desconcertados al hacer declaraciones tras aterrizar en el portaviones Nimitz.
Fravor manifestó que la aeronave no tenía alas ni rotor. No había visto nada
igual en su vida.
Cabe añadir que la alerta del USS
Princeton se produjo después de que la tripulación del crucero hubiese
registrado durante semanas las extrañas evoluciones del ovni en el radar. Éste
se descendía desde unos 24.000 metros para luego quedarse a 8.000 por encima
del mar. Luego desaparecía fugazmente.
La naturaleza del objeto volador no
ha sido identificada durante estos 13 años. Lo único que se nos ocurre es
preguntarnos es si se trataría de algún prototipo secreto del Fuerza Aérea
estadounidense. Tan secreto que ni los propios Fravor y Slaight fuesen
consciente de su existencia.
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David Fravor y Jim Slaight, protagonistas del incidente ovni de California en 2004 |
Los ovnis, una perfecta cortina de
humo
No sería de extrañar si consideramos
la existencia de los denominados “proyectos negros” que tanto la Fuerza Aérea
de Estados Unidos, como la CIA y la Agencia de Inteligencia de la Defensa han
estado desarrollando, sobre todo después de la Segunda Guerra Mundial. Más allá
de los ámbitos de la conspiranoia, la realidad ha demostrado que tales
proyectos existen y han existido. De hecho, podrían haber desatado los primeros
informes registrados en la era moderna de la ufología.
El primer avistamiento de un ovni lo
habría protagonizado el piloto Kenneth Arnold, en 1947, cuando sobrevolaba el
monte Rainier en Washington. Entonces afirmó observar la extraña evolución de
nueve artefactos que parecían volar en formación. Eran metálicos (reflejaban la
luz del sol), y sorprendentemente rápidos según declaró posteriormente.
La forma de los artefactos descrita
por Arnold, parecida a una ala delta, recordaba a algunos prototipos que se
estaban desarrollando en esa época por parte de la compañía aeroespacial
Northrop. Éstos a su vez podrían haber copiado la idea de los revolucionarios diseños
de los hermanos Horten para el régimen de Hitler. Cuando los aliados
irrumpieron en las instalaciones de los alemanes, una vez terminada la guerra,
se hicieron con todo tipo de información, entre otras cosas, planos e
información técnica. Algunos de esos documentos remitían al legendario Horten
Ho 229, una especie de avión plano sin cola que solo llegó a volar como
prototipo. De haberse continuado el proyecto de las alas volantes Horten,
seguramente habrían sido los alemanes quienes hubiese revolucionado la
aeronáutica. En cualquier caso, los americanos no solo se llevaron material, si
no también a parte de los científicos que les permitirían reinventar su flota
aérea. Entre ellos a Werner Von Braun, el padre de los míticos misiles V2, y
padre de la cohetería que, décadas después, llevaría al hombre a la Luna.
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Captura de la película desclasificada por el Pentágono, grabada por el caza que persiguió el ovni en 2004 |
Supersónicos e invisibles al radar
Asombrosos aviones militares como el
espectacular B2, desarrollado por Northrop y en servicio desde 1997, habrían
sido herederos de las primeras alas voladoras Horton. Nos preguntamos cuántos
reportes de ovnis habrá detrás de este prodigio aéreo. Su peculiar forma haría
dudar de su origen terrestre, incluso al ojo experto de un piloto militar que
no tiene porque estar al tanto de los prototipos secretos que prueba la fuerza
aérea de su propio país. ¿Podrían ser estos ingenios los causantes de la oleada
belga de ovnis triangulares de principios delos años 90?
En muchas ocasiones, los informes
sobre encuentros aéreos con ovnis suelen referir la ausencia de registro en el
radar pese a ser observados a ojo desnudo a una distancia relativamente corta.
La tecnología stealth incorporadas en las aeronaves estadounidenses,
sobretodo en los escenarios de la primera Guerra del Golfo y el conflicto de
los Balcanes, es decir, a principios de los años 90, permitía ser invisible al
radar. Un aparato alucinante como el F-117, con esta tecnología furtiva,
fácilmente podría ser tomado por una nave de otro mundo, sobretodo teniendo en
cuenta que se mantuvo en secreto durante más diez años. Aún así parece difícil
que un un avión de estas características pueda tener las prestaciones descritas
por los pilotos Fravor y Slaight. Fravor aseguró que aquello
“aceleró como nada que hubiese visto
en su vida”. El problema es que los protagonistas de este encuentro
posiblemente desconozcan qué es lo que se está cociendo en los hornos de
agencias como el Laboratorio de Investigación de la Fuerza Aérea o la Agencia
de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa (DARPA). De hecho, casi nadie
lo sabe.
En 2006, el Ministerio de Defensa
británico elaboró un informe en el que señalaba que el gobierno de Estados
Unidos estaba implicado en el desarrollo de un prototipo aéreo que sería capaz
de alcanzar el Mach 6 (7.350 kilómetros por hora), un auténtico hito. Tuvimos
que esperar hasta 2010 para saber que las sospechas de los británicos estaban
fundadas.
La Fuerza Aérea de Estados Unidos
(USAF) estaba trabajando desde hacía al menos cuatro años en el alumbramiento
del prototipo aéreo Waywrider X-51A. En el transcurso de una prueba,
precisamente frente a la costa sur de California, demostró ser el aparato que
más tiempo mantuvo esa velocidad, unos 200 segundos antes de empezar a perder
potencia. Además mide casi la decena de metros que aproximadamente le estimó
David Fravor al ovni en su incidente de 2004. Es cierto que el primer vuelo de
prueba, que sepamos de forma oficial, se llevó a cabo el 26 de mayo de 2010,
unos seis años después. Pero también es cierto que, probablemente, ya desde
mucho antes, la USAF estuviese probando sus juguetes. Quizás, Fravor y Slaight
vieran algo parecido.
Cabe recordar las palabras que
pronunció para los medios de comunicación Charlie Brink, jefe de laboratorio de
la USAF, después de la prueba del Wayrider: "Comparamos este salto en la
tecnología de los motores con el salto posterior a la Segunda Guerra Mundial de
los aviones de hélice a los motores de reacción». Hablaba, claro, de un cambio
de paradigma. De algo totalmente nuevo".
Referencias:
Un piloto de combate de EE.UU. sobre un OVNI: «Aceleró como nada que haya visto» (ABC, 17/7/2017)
EE UU destinó 22 millones de dólares al año entre 2007 y 2012 a un programa secreto para investigar ovnis (El País, 19/12/2017)
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